La visión de Valdés sobre la icónica escultura ibérica
Prueba del prestigio alcanzado por el artista de origen valenciano se encuentra en la escultura monumental de 18 metros compuesta por 22,000 cabezas de cerámica azul cobalto que preside la Avenida de las Cortes Valencianas de su ciudad natal. Inaugurada en 2007 gracias a un acuerdo de mecenazgo firmado por el Ayuntamiento de Valencia, Manolo Valdés y los promotores Lladró y Vallehermoso, esta obra se ha convertido en un auténtico símbolo, no solo de la ciudad, sino también de nuestras raíces culturales.
La escultura que Setdart presenta es el modelo a escala reducida que Valdés realizó en 2003. A través de ella podemos apreciar cómo el artista lleva a cabo un apoteósico ejercicio de reinterpretación y recontextualización de la propia historia del arte, rescatando y tomando de ella aquellos aspectos que considera más oportunos. Cada elemento de la escultura, confeccionada con una técnica meticulosa de ensamblaje, se convierte en un excelente testimonio del dominio de Valdés sobre los materiales y su habilidad para crear formas que trascienden lo convencional. En una fusión perfecta entre tradición y modernidad, Valdés entrelaza elementos de la estatuaria antigua con una visión contemporánea que desafía y redefine los límites del arte.
Los elementos formales de la escultura íbera, caracterizada por el complejo tocado profusamente ornamentado a ambos lados del rostro de la mujer, aparecen sintetizados en la obra de Valdés con una sorprendente simplicidad y simetría geométrica. Esta síntesis muestra una concepción estética moderna que, al mismo tiempo, mantiene la elegancia y majestuosidad del tema original. Además, la cerámica vidriada refleja y refracta la luz, capturando los cambios cromáticos que se producen a lo largo del día y creando un efecto hipnótico que varía según la perspectiva del observador.
La obra que actúa como puente entre nuestro pasado y presente es, por tanto, una magnífica inversión para los coleccionistas, no solo por su indudable valor artístico, sino también por la conexión tangible que establece con la herencia cultural española. Sin duda, quien incorpore a su colección ‘La dama ibérica’ adquirirá una pieza absolutamente representativa del legado de uno de los artistas más influyentes y prestigiosos de la escena artística actual.