¿Qué debe tener una pieza para enamorar a un coleccionista? Belleza, rareza y estado de conservación son las principales cualidades.
La colección privada que presenta Setdart es un ejemplo perfecto de dedicación a la búsqueda de tesoros por todas las partes del mundo, abarcando épocas, materiales y autores diversos. Medio siglo de búsqueda, viajando por el mundo, sirvieron para crear una extraordinaria colección afincada en Londres. El gusto ecléctico refleja un interés desbordante por multitud de disciplinas, desde las artes decorativas hasta la pintura contemporánea.
El interés no podía bastar para encontrar estas piezas. El conocimiento preciso de cada tema indica el buen ojo del coleccionista, saber reconocer en un biscuit neoclásico, uno de los últimos ejemplos del Buen Retiro, o en una jarra para el vino de la Real Fábrica de Martínez, el escudo de un virrey en América.
Con el fin de realizar un viaje por la colección, se puede hacer un breve resumen de las distintas disciplinas que abarca. En cuanto al arte del siglo XX, observamos el interés por los artistas de cada década, ya sean españoles o extranjeros. Como los mecenas del Renacimiento, los propietarios decidieron apostar por las promesas y artistas consolidados de su momento llegando a tener una relación estrecha y amistosa con ellos. Un claro ejemplo de ello son los exquisitos dibujos de Claudio Bravo.
La pintura antigua abarcar desde obras españolas, a italianas y merecen una mención especial las de origen colonial americano. En los años 70 y 80 existía un gran desconocimiento por las escuelas virreinales americanas pese a que en nuestro país poseemos, por tradición histórica, algunas de sus obras maestras. Así pues, se apasionaron por lo misterioso y exótico de la pintura colonial pese a no estar de moda o ser un valor para el mercado. En este campo destacan la tabla de Villalpando y la obra de Juan de Correa. Siguiendo el hilo del arte colonial volcaron gran parte de su afición en los trabajos realizados en la India para los colonos portugueses, ingleses y holandeses. Los cofres arquetas y cabinets de marquetería que coleccionaron son únicos en cuanto a su calidad.
El mundo oriental, siempre tan evocador, ha generado en todo momento un interés por parte de los europeos. China, en este caso, se convierte en uno de los puntos álgidos de esta colección con la presencia de muebles para la exportación, fabricados con la costosa madera de huanghuali, o los platos de porcelana Ming y de Compañía de Indias.
Volviendo por último a Europa, queda patente como el gusto por lo clásico es un hilo fundamental en todas las disciplinas. Abundan las escenas mitológicas y los muebles inspirados en la antigua Grecia y Roma, ya sean en los estilos Regency, Imperio, Fernandino o Charles X. Los mármoles, ágatas o pórfidos son el reclamo de cualquier gabinete de curiosidades, en el que no pueden faltar tampoco los recuerdos del Grand Tour.
Una colección soberbia, atesorada durante medio siglo, sale por primera vez al mercado en cuatro sesiones de subastas que se desarrollarán del 27 de febrero al 2 de Marzo.