Setdart dedica una subasta monográfica al virtuosismo del mármol
El siglo XIX fue el gran siglo de las Exposiciones, un canto al progreso industrial y a la globalización. Si bien Londres en 1851 con su primera Exposición Universal en el exprofeso Palacio de Cristal de Hyde Park se ha llevado el reconocimiento al ser el más conocido de estos eventos, fue Francia en 1798 quién inauguró esta tradición con la Exposición Industrial Francesa.
Exposiciones de Bellas Artes o de Artes e Industria fueron las que aglutinaron nuevas obras escultóricas o sobre lienzo, espoleando la creatividad de los artistas bajo el manto de la competitividad y beneficios económicos. Naturalmente la exposición de estas obras generaba debates entre los asistentes, dependiendo de la temática abordada, como podría ser la desnudez del cuerpo femenino. Uno de los aspectos más citados alrededor de los desnudos podría ser el efecto que estos provocaban en el espectador con relación a la moralidad.
Relacionada con este debate estaba la teoría de la castidad del mármol, es decir, una condición que las obras de arte poseerían y que las eximiría de ser percibidas desde el deseo sexual. Wincklemann o Mengs ya plantearon, en el siglo XVIII, la escultura entendida como representaciones ideales del cuerpo humano con un espíritu propio que no debía dar lugar a interpretaciones lascivas. Lo prístino del mármol de Carrara incidía en esta idea de pureza. Además, habría que diferencia entre el desnudo artístico y el desnudo anatómico, siendo el primero bello, de buen gusto, y el segundo realista, vulgar.
Aclarado este punto es cuando se puede comprender correctamente la escultórica del mármol en el contexto del XIX y las piezas licitadas.
El lote 35360165 es uno de los lotes más antiguos de los subastados -junto con el busto del siglo XVI que corresponde al lote 35340542-, un interesante mármol de Dionisio acompañado de un can, del siglo XVIII, parcialmente perdido que sigue modelos grecorromanos, con un elegante contrapposto y dinámico cruce de piernas que crea una sinuosa línea a la altura de la cadera. Es un excelente ejemplo de la pervivencia de estos modelos que gozaron de una segunda juventud con el descubrimiento de Pompeya y Herculano hacia 1740.
De Giuseppe Lazzerini, lote 35233500, es la pieza más interesante de la subasta, una representación de Pales, protectora de la tierra y del ganado doméstico. Lazzerini es un artista respaldado por el mercado, con remates recientes de hasta 35.000 euros, por lo que no es de extrañar el estimado de 30.000 a 40.000 euros de la escultura licitada en Setdart.
La diosa, parcialmente desnuda, con el busto descubierto, es buen ejemplo de lo expuesto con anterioridad con relación a la teoría de la castidad del mármol, quedando el sexo tapado de manera sutil por el drapeado, al igual que ocurre con la Venus del lote 35340545, aunque en este caso es el follaje, cincelado con gran maestría, el que nos impide ver las partes íntimas de la diosa. Se trata de una obra de marcado carácter neoclásico, inspirada no sólo en la escultórica grecorromana, sino en la obra “El Amor cautivo” del belga Charles Auguste Fraikin.
Pero no sólo del desnudo femenino y masculino vivió el siglo XIX, pues filósofos, oradores o políticos como Demóstenes -lote 35248749-, modelos de conducta para la sociedad decimonónica, encontraron su hueco en la producción de determinados artistas. Por citar a algunos personajes que vieron en Demóstenes una fuente de inspiración, tenemos a Henry Clay o a Georges Clemenceau, este último llegando incluso a escribir un libro sobre su persona.
Finalmente, en las postrimerías del siglo XIX y primer tercio del XX, el academicismo sufrió un duro revés al perder el favor de la nueva camada de artistas que encontraron la inspiración lejos de la tradición, fundamentada en los principios del clasicismo. Si bien todavía se encuentran piezas que beben de estos preceptos, como es el lote 35340398, del italiano Umberto Biagini, el periodo Art Decó encuentra en el racionalismo, la monumentalidad y la geometría los pilares sobre los que construir su expresividad. El lote 35268645 da buena cuenta de ello, pues lo que un siglo atrás era la reinterpretación del desnudo grecorromano bajo la lupa del academicismo, se torna en estos momentos en un enigmático hieratismo, casi de corte egipcio, que contiene los movimientos organicistas del modernismo de apenas veinte años atrás.
Estamos, por tanto, ante una subasta que pone el foco en la monumentalidad de la escultura, la castidad del mármol y los debates que este ha generado a lo largo del siglo XIX, con un desnudo que ha conseguido desligarse de los coercitivos cánones académicos para volar libre bajo el firmamento de las vanguardias del siglo XX.